miércoles, 18 de noviembre de 2009

NIKE 10 K – 2009. Iluminando la ciudad.


24-10-09.

2:30 p.m. Restaurante “Cami”, El Campín, Bogotá: Un almuerzo completo con sopa, seco y jugo sería lo que comería antes de la carrera. Sólo tomé media sopa para no tomar mucha, la bandeja tampoco la comí completa, dejé algunas papas.

4:45 p.m. Casa de mis papás, El Campín, Bogotá: Tras digerir el almuerzo y adelantar cosas de trabajo, revisar mail, facebook, pasar el antivirus al portátil y esas cosas; cambié mi ropa por las medias, tenis, y pantaloneta para trotar, además de la camiseta oficial de la carrera Nike 10K 2009.

5:15 p.m. Partí con mi papá, a pie, rumbo al parque Simón Bolívar. Atravesamos invictos – no sabemos muy bien como – la zona aledaña al estadio El Campín, atestada de hinchas (barras bravas) de millonarios, que obviamente vestían de azul, y nosotros de rojo, como si fuéramos del santafecito. Salimos a salvo al otro lado, tan solo para darnos cuenta que debíamos regresar parte del camino para poder cruzar el puente peatonal, ese ancho enfrente del estadio, para poder cruzar la Cr. 30.
Tras media hora de caminata, finalmente llegamos al parque y a punto de entrar, cerraron la puerta, igual a como me pasa con los almacenes del 7 de Agosto cuando en la tarde-noche estoy buscando alguna cosa para el carro y comienzan a bajar las persianas por donde voy pasando, haciéndome saber que llegué tarde.
Bueno, nosotros sí íbamos tarde, sabíamos que llegaríamos justo a tiempo para la partida.

5:55 p.m. Parque Simón Bolívar, Bogotá. Finalmente llegamos a la salida de la carrera. Ya toda la gente estaba allí, agolpada contra las vallas de salida, esperando los últimos minutos para partir. Nos metimos en la multitud, lo que pudimos; y quedaron unas pocas personas detrás nuestro. Se supone que había 10.000 personas; así que debíamos estar entre los últimos 1.000.

Finalmente, se acercaban las 6 p.m, la gente aplaudía (costumbre muy colombiana), nos ajustábamos las linternas frontales (porque van en la frente!) que nos había dado energizer como patrocinador del evento; ya que se supone que el dinero recogido es para apoyar diferentes causas sociales, una diferente para cada país, cada año. Esta carrera se corre al tiempo en varios países del mundo.

Un helicóptero sobrevolaba la multitud de corredores, iluminándolos con su gran faro y filmando para la posteridad. Se dio la largada. La multitud comenzó a moverse, llegamos a las barricadas de salida, cruzamos por los estrechos pasos y estábamos más dispersos en la zona antes de la línea de salida, en donde están los tapetes que mediante el chip que cada uno llevaba en uno de los tenis, registra la hora de salida.

El carril izquierdo, como se supone que debe ser, era el más rápido; pronto algunos avanzábamos sobre el andén ante la multitud que avanzaba a un ritmo menor que el de otros. Las linternas frontales iluminaban la vía, y miles de espectadores apostados a los costados de las vallas que delimitaban el recorrido, otros desde las ventanas de sus casas y apartamentos, y otros desde el interior de sus carros, en los que habían quedado atrapados en un monumental trancón debido a los cierres de varias vías desde la mañana por el clásico RCN de ciclismo y por la carrera Nike 10K, 2009 ahora en la tarde.

Los espectadores animaban permanentemente a los corredores, a familiares, amigos y desconocidos que se habían puesto los tenis y la emblemática camiseta roja con letras amarillas – que parecía del chapulín colorado, como nos gritaron cuando un tiempo atrás cruzábamos el Campín por entre la multitud de albi-azules hinchas de millonarios-.

Los músculos se iban calentando y la velocidad tendía a aumentar, pero aún avanzábamos en una multitud que tardaba en dispersarse, una multitud que se mantuvo hasta que llegué al puente de la calle 80 con Cr. 68. Allí había dejado atrás a suficientes corredores como para tener más espacio para avanzar sin tener que utilizar los andenes o el separador. Aquí ya estaba oscuro, eran cerca de las 6:20 p.m. y habíamos avanzado alrededor de 3 Km. Aprovechando el despeje, apreté el paso, sabiendo que la Av. Suba estaba cerca y a unos metros de allí, encontraría el segundo tapete rojo, el que registra el tiempo a mitad de recorrido, los 5 Km.

Pronto escuché el grito de los organizadores: “pisen el tapete, pisen el tapete, …”. Allí estaba, eran 5 Km, ya íbamos por la mitad. Pronto subíamos el puente de la cll 100 sobre la autopista; y allí el grito fue: “miren hacía atrás, miren hacía atrás, no se pierdan el espectáculo”. Giramos la cabeza y los ojos se encontraron con un espectáculo que ninguno había visto nunca, un río, o una calle de luz blanca en movimiento; miles de corredores con sus linternas frontales encendidas y avanzando hacía la meta. Unos segundos de correr mirando hacía atrás y disfrutar la belleza de espectáculo, y luego, volver a la concentración en la carrera, con la mirada hacía adelante, hacía la meta.

El recorrido continuaba por la cll 100 hasta la Av 19, donde tomamos al norte, hasta la cll 106, de allí hacía el oriente hasta la Cr. 15 y la recta final hasta Carulla de la cll 85. Un tramo final excelente, con los corredores aún más dispersos, un clima perfecto, con una brisa suave hacía las 6:40 p.m., un recorrido bien delimitado con algunos puntos de hidratación bien distribuidos y el “round point” de la cll 100 con Cr. 15 justo donde debía estar, avisándo que era el momento de apretar el paso un poco más, hasta la aparición de la cll 94, señal de que faltaba 1 Km y se podían emplear las últimas reservas de energía para el remate, así que otra apretada del paso, y una tarima con luces, sonido y cámaras en la cll 90 animaba a los corredores, pidiendo que levantaran los brazos al pasar frete a las cámaras.

Finalmente, el inicio de las vallas que delimitan la entrada a la meta, y aquí el pique final, para rematar con un mejor tiempo que en la carrera anterior, para acabar las reservas de energía, para aumentar la adrenalina y, por tanto la euforia y la satisfacción de cruzar una meta más. Pisar el último tapete, bajo el arco de la meta, caminar, recuperarse, recibir agua, fruta, la medalla, tomar el celular y llamar a quienes nos recibirían, esperarían o recogerían.

Ya con una manzana, una bolsita de agua (sólo el agua) en el estómago y una medalla colgando del cuello; salí de la zona de recuperación y me ubiqué por fuera de las vallas, justo al lado de la meta a ver llegar a los demás corredores; algunos que no había visto durante el recorrido, otros que sí, gente joven, adultos, mayores, ancianos, con prótesis en las piernas, soldados, invidentes, hombres, mujeres y hasta mujeres embarazadas cruzando la meta.
A los largo de los recorridos de 10 o 21 Km se encuentra todo tipo de corredores como los que mencioné antes; pero hay unos que recuerdo más. Hay, en particular, 2 corredores que he visto en varias de las carreras. Uno de ellos es un invidente, que corre unido mediante una correa y un tubo de pvc a su lazarillo humano. Hacen muy buen equipo, trotan sincronizados y hacen un buen tiempo. El segundo es un señor delgado, con el pelo blanco, que siempre lleva en la espalda un cartel que dice “Modelo clásico, 1938”; así que hagan cuentas de cuantos años tiene y logra mantener un buen ritmo y siempre lo he visto cruzar la meta.

25-10-09

Al día siguiente, después de comer, un baño y un buen descanso; de regreso al trabajo, en donde me entero que dos corredores de la carrera de ayer murieron mientras corrían. Busco la noticia en Internet, y sí, dos contadores, de 47 y 60 años, fallecieron de infarto. Uno de ellos, apenas comenzando la carrera, según leí, en el kilómetro 3; y el otro un poco más adelante, hacía la mitad de la carrera. Según dicen los medios, no hubo una pronta atención por parte de los servicios de emergencia, y hasta parece que hubo negligencia por parte de la tripulación de una ambulancia que pasó por allí. Pero lo que yo pueda escribir al respecto es pura especulación; el caso es que murieron por infarto.

Es difícil para uno como corredor y más aún para las familias pensar que alguien salió a correr, a trotar, a hacer deporte y no sólo terminó en el hospital, sino muerto. Pero, es probable que el infarto fuera a darles en ese mismo momento en cualquier otro lugar, o tal vez, al día siguiente cuando salieran a hacer deporte, o tal vez fue una consecuencia del esfuerzo físico del momento. Falta de entrenamiento? Según dijeron los familiares de uno de ellos, era una persona disciplinada en el deporte, que entrenaba a menudo y ya había participado en otras carreras. Hasta a los grandes atletas les ha dado infarto en las competencias, y no sólo en atletismo; en muchas otras disciplinas deportivas también. Difícil dar un veredicto al respecto.

Preferiríamos todos, algunos, o unos pocos morir participando en una de las carreras que nos mueven a inscribirnos y a entrenar, que nos apasionan; o preferiríamos hacerlo en la comodidad de nuestra cama, como tal vez es la muerte soñada por los que se atreven a pensar en eso. Nunca sabremos el momento de morir, ni la forma ni el lugar. Tal vez, varios sí preferiríamos morir en una carrera de estas, o en una de aventura, o sobre una bicicleta, o en una trocha, o en una montaña con agua, barro o nieve. Claramente, el problema no es para uno, sino para los que se deben enfrentar al encarte de sacarlo a uno de algunos de esos lugares que pueden ser retirados o de geografía difícil.

A pesar de que estas cosas pasan, con toda seguridad casi 5.000 corredores nos enfilaremos en la cll 72 con cr. 10 el domingo 22 de Noviembre para correr la 1a carrera Unicef “corre por ellos”; ellos? quienes? Los niños colombianos a los que Unicef ayuda. Y el próximo año, una vez más estaremos listos para la Nike 2010, y para la media maratón, y seguramente otras más; y creo que se debe a la naturaleza humana, a la necesidad y capacidad de superar retos, de superar nuestros propios retos, sentirnos vivos; de disfrutar la vida, de logar satisfacciones personales, y para algunos, de mantenerse y sentirse saludables; cada uno a su manera, todas válidas.

A seguir corriendo, tras un corto reposo, estiramiento y tratamiento para una retracción muscular que sufre mi rodilla izquierda; por falta de estiramiento después de los entrenamientos. No olviden estirar tras hacer ejercicio, es demasiado importante, aunque no parezca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario