domingo, 6 de junio de 2010
SER CUMPLIDOS – SERES CUMPLIDOS
Conozco algunas personas, de hecho, algunas pocas personas, cumplidas. De esas que si dicen a las 4 p.m. a esa hora está sonando el timbre, o se las ve paradas en el sitio de encuentro, o están saliendo de su casa al llegar a recogerlas.
He podido disfrutar de su cumplimiento en muchas ocasiones, y a todas les agradezco el respeto mostrado por mi tiempo, y por ende, por el tiempo de los demás. Espero que nunca cambien eso, ya que para algunas personas, es muy aburridor, así lo disimulemos, que los demás no estén listos a tiempo, o no cumplan con la hora acordada.
Los del otro bando, el de los incumplidos; son a quienes no les importa el tiempo de los demás; ni los preparativos que hacen los demás para cumplir con la cita. Ellos, por alguna extraña razón se creen con el derecho de demorarse todo el tiempo necesario para estar listos, y los demás, simplemente, deben aguantarse, o no salir con ellos. Seguramente, sea una cuestión de super-ego.
Es un poco absurdo tener que decirles a esas personas que se debe salir a las 10 a.m., mientras sabemos que estaría perfecto salir a las 11 a.m. Pero si no hace así, fijo se llega tarde al evento que sea.
No entiendo por qué les es tan difícil programar su horario, su día, la hora de acostarse a dormir, la de levantarse, poner uno o varios despertadores, alarmas y recordatorios en toda la variedad de apararos electrónicos que inundan nuestra vida hoy; de manera que, sabiendo todo lo que se demoran en alistarse, puedan empezar a tiempo y cumplir, es decir, respetar el tiempo de los demás.
No entiendo por qué, simplemente, lo “solucionan” con un “sigue, siéntate, ponte cómodo, estás en tu casa, quieres algo de tomar mientras me termino de arreglar?”. Y eso cuando la cita es en la casa del incumplido, y no toca esperar parado en una calle, o sentando en un andén, o sentado en una banca de parque, de andén o de centro comercial. Una situación intermedia es cuando se pude esperar dentro del carro; que al menos es más cómodo que la calle o la banca, y suele tener música; pero sigue sin ser divertido.
Ser cumplidos, es decirle al otro lo importante que él es para nosotros; que lo apreciamos, y respetamos su tiempo, y que nos gustaría que hiciera lo mismo con nosotros. Ser cumplidos implica tener en mente, o en el cronograma de actividades ese encuentro; y eso implica ajustar el resto de cosas que hacemos a diario para lograr cumplir; más teniendo en cuenta, los trancones, las demoras del transporte público, la lluvia, las inundaciones, las obras en la vías, etc, etc, etc; y ser capaz de salir a tiempo y sortear los imprevistos para llegar a tiempo.
Existen casos en los que definitivamente no se puede llegar, o no se puede llegar a tiempo; pero si antes se podía avisar desde un teléfono público, o desde el de la casa, o desde uno prestado; o mediante un mensaje de beeper; con mayor razón, hoy se puede avisar desde, y al celular; para que el otro sepa, y aproveche el tiempo mejor que esperando sin hacer nada útil; o para que no salga aún al sitio de encuentro.
Es el colmo que el cumplido sea el que tenga que llamar al que no llega para averiguar qué pasó, y si va en camino, y si va a llegar en algún momento. Debería ser el que va tarde quien llame y avise.
Ser incumplido, no sólo es llegar tarde, o estar listo tarde; sino, como su nombre lo dice, no cumplir. No cumplir con las promesas, o con lo planeado. No cumplir con “te llamo en 10 minutos” (y el otro, espere y espere los 10 minutos más largos de la vida), o “llego en 5 minutos” (también eternos), o “te llamo el viernes al medio día, y cuadramos para encontrarnos por la tarde” (nunca se supo qué viernes, de qué año…), o “para mañana por la noche fijo, te llamo por la tarde y te confirmo la hora (…).
Si eso hace parte de ser incumplido, es lo mismo ya descrito; falta de respeto con el tiempo de los demás; pero si es una forma de aplazar los encuentros, entonces el problema es de falta de sinceridad, al no ser capaz de decir “la verdad no quiero salir contigo”; pero creo que este caso no aplica mucho, porque esas personas incumplidas por naturaleza suelen ser los bien conocidos amigos de toda la vida; que sabemos que no van a llegar, a pesar de haber dicho lo contrario, o van a llegar tarde, o, en el peor de los casos, ni van a llegar, ni van a contestar el teléfono cuando los cumplidos los llamen; y cuando se re-encuentren, estarán llenos de excusas para justificar su no-llegada, su no-contestada de teléfono; y finalmente, dirán “para la próxima, fijo cuente conmigo”. En esa próxima, adivinen qué! Tampoco aparecen, tampoco contestan; y luego, excusas en grandes cantidades: que la pila del celular, que el volumen, que el hijo, que la esposa, que la mamá, que el perro, que el gato, que el sueño, que… que… que…
Finalmente, esas personas incumplidas, ya no son invitadas más por los cumplidos, porque, aunque no lo crean, como si fuera poco el irrespeto al tiempo de los demás, generan inconvenientes en la vida, como que a todos se les hace tarde, como que todos quedan como incumplidos, como que se les atrasan el resto de actividades del día, como que ahora hay que correr más para alcanzar a hacer todo, como que hay que “ponerle” minutos al celular para llamar a ver qué paso, etc.
El cuento de que las mujeres son incumplidas por naturaleza, es una más de las tantas excusas de las mujeres incumplidas; y no es cierta. Conozco varias mujeres cumplidas; la mayoría de ellas se maquillan, se peinan, se alisan el pelo, o se lo encrespan, se depilan, se cambian de ropa 10 veces antes de salir y todo eso que hacen; y logran llegar a tiempo o estar listas a tiempo.
Las demás deberían tomar un cursito con las primeras, para aprender cómo se logra cumplir con todo eso; además de dejar la casa arreglada, y ser cumplidas.
Para los que dicen “si quieren salir conmigo, pues que me esperen”; estoy seguro, que muchos no están dispuestos a esperar, y menos sabiendo que así será el resto de la vida; pero también habrá quienes sí estén dispuestos a esperar el tiempo que sea necesario.
Ojalá quienes esperan, después no sufran un regaño por no estar listos a tiempo, el único día que no lo lograron; porque, para completar, los incumplidos suelen ser los que más acosan cuando se trata de salir a tiempo a algún evento de su interés.
Relojes venden por doquier, despertadores, agendas electrónicas, Palms, Ipods, Iphones, Celulares, tableros, etc. Las empresas de taxis tienen servicio de despertador; y hay miles de formas más de recordar los compromisos. La otra parte es comenzar a trabajar en calcular bien el tiempo que se necesita para estar listo y desplazarse hasta el sitio de encuentro. La práctica hace al maestro.
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